miércoles, 28 de septiembre de 2011

NOTA PREVIA, ADVERTENCIA, RECOMENDACIÓN, PETICIÓN Y CONTACTO


NOTA PREVIA

El contenido de este texto es reproducción del publicado en 1996 con las siguientes referencias:

Emilio Rodríguez es el autor de las ilustraciones. La fotomecánica, fotocomposición y estampación sobre Papel Torreón de 120 grs. y la cubierta en cartulina Verjurada de 180 grs., se efectuó en Kadmos. Diseño y maquetación Francisco Rodríguez Sánchez. Coordinación editorial: Plaza Universitaria Ediciones.

1ª Edición, diciembre 1996

I.S.B.N.: 84-87132-40-5 Depósito Legal: S. 1.026 -1996

© de esta edición:

Caja Salamanca y Soria


ADVERTENCIA

La obra original ha sido maquetada nuevamente para facilitar su publicación electrónica en un blog del Poeta Emilio Rodríguez, ha cambiado la portada y la contraportada, el número de páginas y el Índice, además, han desaparecido las ilustracions.

RECOMENDACIÓN

Dado que la edición original está agotada, el autor autoriza a sus lectores a reproducir esta obra para uso personal, con el ruego de que se cite su procedencia.

PETICIÓN

Si algún lector quedase especialmente complacido con la lectura de DE ESPALDAS A LA LUNA puede expresar su satisfacción haciendo un pequeño donativo a cualquier organización dedicada a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de este mundo.


CONTACTO

Los lectores que deseen ponerse en contacto con el autor de este libro pueden hacerlo escribiendo a su dirección electrónica poetaemiliorodriguez@gmail.com

ÍNDICE

I

I

II

III

IV

V

VI

VII

VIII

IX

X

XI

XII

XIII

XIV

XV

XVI

XVII

II

I

II

III

IV

V

VI

VII

VIII

IX

X

XI

XII

XIII

XIV

XV

XVI

XVII

TEXTO DE LA SOLAPA DE LA CONTRAPORTADA

ENTRADA


Mano que sales de la sombra: da la vuelta a esta página y disponte a espe­rar la visita de lo traslúcido. Mira entre la maleza: centellean (para ti) las pala­bras como ciervas azules. No sé de dónde vienes, pero te corresponde hospedarte sobre el arrasamiento de un hombre y reedificar, con la lectura, el perfil de su memoria. No sé de dónde vienes ni nece­sito preguntártelo: estás aquí, y el poeta no tiene más consistencia que los ojos de alguien iluminando la opacidad de sus renglones. Si traes el corazón aterido, quédate con nosotros y ayúdanos a encender el fuego.

Antonio Sánchez Zamarreño

I

I


Mis ojos también crecen y se nutren de costumbres. De aquel temblor azul, apenas

dibujado de abedules. Cultivo la esperanza, pero el llanto me sube por la piel con toda

la insistencia de la fiebre.

II


Resbalan las montañas; Se deslizan, buscando alguna forma de descanso. Un árbol

crece en nuestros ojos lentamente. Y las pisadas blandas de los álamos decretan que los

sueños ya no son tierras agraces

III


Lo que queda del llanto, lo que crece al ritmo de las uñas. En el vasar se

mueren los suspiros.