Mano que sales de la sombra: da la vuelta a esta página y disponte a esperar la visita de lo traslúcido. Mira entre la maleza: centellean (para ti) las palabras como ciervas azules. No sé de dónde vienes, pero te corresponde hospedarte sobre el arrasamiento de un hombre y reedificar, con la lectura, el perfil de su memoria. No sé de dónde vienes ni necesito preguntártelo: estás aquí, y el poeta no tiene más consistencia que los ojos de alguien iluminando la opacidad de sus renglones. Si traes el corazón aterido, quédate con nosotros y ayúdanos a encender el fuego.
Antonio Sánchez Zamarreño
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