Los gallos electrizan la mañana. Aurora tamizada de toallas y el humo dibujando
banderas. La memoria del heno se ha mezclado con la huida del raposo monte
arriba. Sonido de azadones. El agua de la fuente hipnotiza la noche. Se apagan
los candiles cuando el sol asoma sus guirnaldas en la esquina. El tacto del ordeño
es un aroma que se enrosca en los barrotes. Un alambre invisible nos reúne con los
gestos más usados de nuestra soledad.
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